-

miércoles, 23 de enero de 2013


Caminar sin rumbo fijo, con los cascos puestos. Hacia ninguna parte. Sin saber muy bien que hacer. Te detienes a pensar en lo que hay a tu alrededor. Ves a niños corriendo, y extrañas tu pasado, a personas hablando, y la sensación de soledad que tanto te incomoda vuelve a aparecer, te detienes a pensar en lo que estás haciendo con tu vida, y no encuentras respuesta a tu pregunta. Rompes a llorar, notas como las lágrimas corren por tus mejillas acariciando delicadamente tu piel. Te das cuenta de que necesitas a alguien que te abrace, que te ayude, o por lo menos que esté a tu lado. Pero ese alguien no existe. La inseguridad te impide hablar, te impide decirle a nadie lo que te pasa, te impide vivir. Te tranquilizas. Sigues observando el entorno en el que te encuentras, y nuevamente te desesperas al ver a tanta gente feliz, y te preguntas el por qué no puedes ser como ellos.

2 comentarios:

  1. Gracias cielo, de verdad. Si te ha gustado la entrada, estoy segura de que esto también te gustará. http://www.youtube.com/watch?v=nHGlIndMzvo.

    ResponderEliminar