Tumbarme en la cama, bajo el techo, escondiendo mi cuerpo entre las sábanas, con un peluche entre los brazos cubriendo tu ausencia. Pensando en todo, estudiando cada ricón de mi mente y llegando hasta el más lejano de mis pensamientos, deteniéndome en cada uno de los detalles entrelazados que me impiden ver las cosas con claridad, con precisión, o con la seguridad que necesito. Me resiento al recordar cada error o cada equivocación, lo que provoca fuertes derrumbamientos en el interior de mi mente. Topándome con la nostalgia en numerosas ocasiones, esquivando la soledad y huyendo de la realidad. Buscando soluciones para lo irremediable, imposible e innecesario. Y reuniendo el valor que me falta para enfrentarme a mí misma.
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