Respirar entre lágrimas.
Hoy me he levantado con ganas de cambiarme a mí, el mundo, o a quien sea. Con ganas de seguir respirando, con o sin lágrimas que me lo impidan. De caminar sin rumbo fijo, hacia una nueva e invisible realidad. Una realidad gobernada por mí, por mis sentimientos, y por mis emociones. También tengo ganas de eliminar la sensación de soledad que martillea mi cabeza día sí, día también. Ganas de dejar de lado el odio que siento hacia mí misma. De valorarlo todo un poco más, de valorarme a mí. De que el miedo a destacar o al rechazo desaparezcan de mi vida. De cambiar la opinión de las voces que suenan en el interior de mi cabeza, de hacer que les guste. De no defraudar a nadie, y de no derrumbarme con cada error. De mostrar mis sentimientos como son, sin fingir, ni inventarme realidades que ni siquiera existen solo para intentar sentirme mejor. De dejar las dudas y la inseguridad al margen. Y de ir superando los obstáculos que me impidan continuar.
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