Ella se sintió vencida por su instinto, por su orgullo, y por sus pensamientos. Caminó hasta la puerta, y una vez que la cruzó, salió corriendo. Ni siquiera se dignó a mirar atrás. Estaba huyendo, pero no de él, ni de aquella habitación, no. Estaba huyendo del pasado, de su pasado, del pasado de los dos. De aquel pasado que tanto daño le había causado. Decidió seguir corriendo hasta que sus fuerzas le impidieron continuar. Y cayó desplomada en el suelo. Inconsciente. Cuando abrió los ojos se topó con un rostro que, pese a su confusión, le resultaba curiosamente familiar. Poco a poco, su vista se fue normalizando hasta estabilizarse por completo. Era él.
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miércoles, 13 de febrero de 2013
Soplo de silencio.
Ella se sintió vencida por su instinto, por su orgullo, y por sus pensamientos. Caminó hasta la puerta, y una vez que la cruzó, salió corriendo. Ni siquiera se dignó a mirar atrás. Estaba huyendo, pero no de él, ni de aquella habitación, no. Estaba huyendo del pasado, de su pasado, del pasado de los dos. De aquel pasado que tanto daño le había causado. Decidió seguir corriendo hasta que sus fuerzas le impidieron continuar. Y cayó desplomada en el suelo. Inconsciente. Cuando abrió los ojos se topó con un rostro que, pese a su confusión, le resultaba curiosamente familiar. Poco a poco, su vista se fue normalizando hasta estabilizarse por completo. Era él.
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